Un hombre da un respiro en la calurosa y húmeda noche en uno
de los pueblos de la región del Chocó (Colombia).
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Como opuesto al adjetivo complicado los colombianos no
utilizan tanto el antónimo simple, sino la palabra descomplicado. Este laberinto del lenguaje se acostumbra para las personas que por ejemplo les resulta mejor
andar libremente en bicicleta (como canta Carlos Vives) que en un
aparatoso “carro”. Es, por supuesto, un elogioso adjetivo. También, el eslogan del aguardiante más consumido del país
utiliza una frase que sirve como elogio: “Para las que sea”; es decir, para las buenas o para las malas, para las
alegrías o para las tristezas. Una persona es "para las que sea" cuando no tiene problemas al momento de ayudar, acompañar, compartir. Un trago de aguardiente, como las personas descomplicadas, bien vale para las
infinitas ocasiones.