
Contra la pared de un centro comunitario no caben dudas: las dos nenas posan para el lente de una cámara.
De este lado el pueblo y del otro las ruinas. Por esta ventana de un lugar del norte argentino se subvierte la diferencia entre el adentro y el afuera.
El cementerio es del caserío Ojo de agua, entre El Mollar y Tafí del Valle de la provincia de Tucumán. Ojo de agua no cuenta con más de diez casas, rodeado de praderas con ovejas y aves de corral. Sin embargo, lo curioso está en el rústico pero desordenado y latente cementerio.
Esta es una de esas fotografías que me hace feliz. La contemplo y le descubro forma, equilibrio, un mensaje sugerente. Pero lo que mejor recuerdo de esta foto es que pude anticiparme a ella. Cuando disparé la cámara sinceramente tenía en mi imaginación algo muy similar.