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viernes, 19 de julio de 2013

Porteña

Librerías de Parque Rivadavia, Buenos Aires.
Resulta que un fulano regresa a su Buenos Aires querida y en una semana tiene que tomar un submarino con churros en La Giralda, abrazar a todos los amigos, ponerse al día con la cuota social de Racing, chusmear las novedades de la avenida Corrientes y revolver las cajas de libros de Parque Rivadavia: ediciones de Cortázar por 35 pesos, La ciudad y los perros de Vargas Llosa por 50 y dos puestos más adelante a 25 una primera edición usada y manuscritamente dedicada con maniática prolijidad. Halla libros que dicen estar agotados y otros difíciles: La patria fusilada de Paco Urondo, El Pequeño Ejército loco de Sandino (obra de Gregorio Selser). Banderines de fútbol y folclore. Otra vez por avenida Corrientes: come un lomito de parado en Nac&Pop, sondea la actividad teatral y el cine alternativo. Mientras las pizerías gourmet le van ganando espacio a los tradicionales café, otra vez los azulejos en las paredes de La Giralda le devuelven buenos aires.

viernes, 5 de julio de 2013

Radical

Hipólito Solari Yrigoyen es uno de los referentes de los Derechos Humanos en la provincia del Chubut. En los primeros años de la década del 70 fue representante legal de algunos de los presos políticos que estaban detenidos en la ciudad de Rawson; entre ellos del sindicalista Agustín Tosco. Luego, sufrió en carne propia, junto a su amigo y compañero del radicalismo, Mario Abel Amaya, el Terrorismo de Estado: fueron secuestrados y detenidos ilegalmente, recluidos en el Centro Clandestino de Detención denominado La Escuelita, trasladados a la Unidad Penal 6 y torturados. En el caso de Amaya, los tormentos sufridos provocaron su muerte en la sanidad del penal de Devoto (Buenos Aires).

Esta foto se la tomé unas semanas antes del comienzo del juicio cuando me concedió amablemente una entrevista. El 4 de julio del 2013, casi 37 años después, fueron condenados los responsables de los tormentos sufridos por los dos dirigentes radicales.